Como es costumbre con la llegada de un nuevo año llegan
nuevos propósitos o no?
Será que nos estamos planteando nuevos propósitos que
cumplir este año?, o nos estamos proponiendo cumplir una meta inferior del
propósito original. Suena a que no tiene mucho sentido, pero deja me explico,
la mayoría de las veces las personas en las cuales me incluyo, tendemos a
proponernos propósitos muy ambiciosos que con el paso de los días y
dimensionando el esfuerzo que necesitamos para cumplirlas dejamos a un lado o
de plano abandonamos. Aquellos propósitos que no abandonamos entonces los
dejamos a un lado o los modificamos en una versión más pequeña que el original
y esto es importante porque inconscientemente le decimos al cerebro que no
podemos cumplir algo tan grande, que por lo tanto hay que pensar en pequeño,
nos justificamos en un dialogo interno que nos hace creer que no estamos
ajustando y calibrando, pero en realidad es la mera mentira que cubre ese
doloroso sentimiento de que en realidad estamos abandonando.
Bien, el truco no es pensar en propósitos pequeños, el truco
radica en que no sean muchos, un propósito por mes es una locura no solo por
que introducir un habito toma como mínimo 21 días según la ciencia, en la
mayoría de las ocasiones incorporar un habito para cumplir un propósito implica
quitar otro habito que ya tienes, lo cual implica el doble de trabajo, y ha eso
hay que añadir que estamos contrarreloj ya que el siguiente propósito ya están
en puesta el próximo mes.
Como lo mencione al principio en muchas ocasiones los
“propósitos” son versiones reducidas de un propósito mayor, estos son reducido
por la falta de tiempo, convicción, o energía necesaria para cumplirlo. Hacer
el propósito más pequeño da la impresión de que será más fácil alcanzarlo, pero
de la misma forma la recompensa al final será más pequeña.
Tomando en cuenta los dos puntos anteriores “muchos
propósitos” y “recompensas pequeñas”, no es extrañar que la mayoría los
abandonemos apenas empezar o que de plano se queden en la imaginación. Quizá
sea momento de cambiar el enfoque y proponernos dos o tres metas que engloben
varios de esos propósitos que queremos cumplir,
En pocas palabras en un buen momento de pisar un poco el
freno y mirar hacia atrás, verificar que los propósitos que estamos intentando
cumplir están alineados con esas grandes metas que tenemos para nuestra vida,
no permitas que sueños diluidos de recompensas pequeñas e inmediatas consuman
ese tiempo que debes dedicar a forjar tu plan te vida.
Las grandes metas, requieren de mucho trabajo y sacrificio, pero también dan extraordinarias satisfacciones.
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