La lucha contra el COVID-19 tiene muchos matices y se aborda desde muchas perspectivas como pueden ser políticas, culturales, económicas y personales. Cada uno lo vive a su manera con sus problemas y con sus dificultades, algunos han perdido mucho con esta pandemia, familia, trabajo, relaciones, amistades o simplemente su sentido como personas. Lamento profundamente su perdida.
Hace algunos años alguien de compartió una frase que aun hoy
hace eco en mi mente y mi corazón. “Los tiempos difíciles forjan hombres
fuertes, los hombres fuertes crean buenos tiempos, los buenos tiempos crean
hombres débiles, los hombres débiles crean tiempos difíciles.” Una pena
que no recuerdo quien fue para darle las gracias por semejante lección.
Durante mucho tiempo pensé que estábamos viviendo los
tiempos difíciles, pero confundí tiempo con lugar (te estoy hablando a ti Latinoamérica),
este año de cuarentena me demostró todo lo contrario, estamos a las puertas de
los tiempos difíciles y ya tenemos la batalla prácticamente perdida, vivir con ética
he integridad es un camino sumamente difícil lleno de pruebas y decisiones
complicadas, no es para todos.
La incongruencia, falta de empatía y cero sentidos cívicos
se están normalizando, una receta curiosa pero perfecta para el desastre, esto
es fácil de comprobar basta ver todos los problemas que están causando en estos
momentos y lo intentamos justificar a toda costa, tratando de venderle a los
que nos rodean que no hay de otra que de no hacerlo nuestra propia vida peligraría
Muchos de mis conocidos has izado la bandera de responsabilidad
social y que se preocupan por los demás, que están dispuestos a sacrificar por
el bien de los demás y lo hacen… yendo de fiesta, haciendo reuniones, saliendo
a pasear a las calles… alguien más dijo incongruencia, no es un ataque, pero
son el ejemplo perfecto que tengo a mano.
Hoy el sector salud esta al frente de esta emergencia y han
pedido encarecidamente que la gente que siga las medidas de prevención, se le
ha pedido a la gente que se quede en casa si no tiene nada que hacer fuera, los
negocios se niegan a seguir las medidas sanitarias y unos cuentos están en
completa oposición a cualquier medida que se interponga en sus planes. Ejemplos
muchos, pero de eso no se trata, lo que quiero recalcar es la falta de congruencia
de las personas, predican altos valores sociales, pero en la práctica actúan en
contra de esos mismos valores, la falta de empatía para aquellos que más
vulnerables son también es un comportamiento más “normalizado”, apoyar a los demás
y privarse de recompensas inmediatas inaceptable para muchos.
Los tiempos difíciles vienen en camino a paso constante de la mano de problemas económicos globales, malas decisiones políticas, un sector salud destrozado, delincuencia generaliza y la lista puede seguir todo el día. Me pregunto si podrán confiar en aquellos que predican grades discursos y son incapaces de honrar sus propias palabras, aquellos que han demostrado anteponer sus intereses por encima de los demás, en aquellos que ponen por delante el gozo inmediato y dejan a un lado su responsabilidad social. “Los buenos tiempos crean hombres débiles y los hombres débiles crean…”
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