“La contrarrevolución salinista”

Durante las elecciones de 1988 el acenso de Carlos Salinas de Gortari fue un caso muy conflictivo, la mayoría de los sectores populares y fuerzas políticas estaban convencidos de que el nuevo gobierno había llegado al poder por medio del fraude electoral, pero la rápida desunión de los partidos en oposición dieron como resultado que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) retuviera la mayoría de la cámara de diputados y senadores, de esta manera de los 500 votos, Carlos Salinas de Gortari obtuvo 260 votos de esta manera obtiene  “el triunfo” y se declara “presidente electo”.

Un punto  importante que hay que mencionar es que el 23 de Diciembre de 1991 se llevó a cabo la quema de las boletas electorales de 1988, con esta decisión la cámara de diputados que alegando que ya no había espacio para almacenarlas desapareció  para siempre el paquete de 24,643 casillas. Y con esto se pierde la posibilidad de encontrar las pruebas de que las elecciones de 1988 fueron fraudulentas.

Desde el comienzo del sexenio quedo muy claro que el gobierno estaba dispuesto a llevar a cabo su proyecto ultra liberal y liquidar todas las conquistas obtenidas por los grupos sociales desde la revolución mexicana. Y esto se ve caracterizado por el gran apoyo del gobierno para consolidar la hegemonía del gran capital desplazando todos los puestos importantes a la burocracia política vinculada con el proyecto del neoliberalismo. Esto trago como consecuencia que Salinas de Gortari enfrentara a algunas organizaciones civiles y un terreno político a la izquierda.

Si bien podemos decir Carlos Salinas de Gortari enfrentó parcialmente a algunos dirigentes corporativos, por otra parte promovió  un nuevo tipo de corporativismo: el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) que sería el programa estelar de este sexenio con el cual de alguna manera se intentaba atender a las restricciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional, el descontento popular manifestado por la población con respecto a las elecciones del 88, intentaba mitigar el brutal descenso del nivel de vida de la población

El trato dentro de la política durante este sexenio tubo grandes cambios, fue durante este sexenio que por primera vez se reconocía el triunfo de un partido de oposición para gubernatura de un estado, en el pasado el partido en el poder no había reconocido a ningún otro partido para ocupar un cargo de esta importancia, pero no todo fue tan justo en este sentido ya que el PRI de alguna manera hostigo y trato de impedir a toda costa el Partido de la Revolución Democrática recién creado creciera o aumentara su influencia.

Para poder desarrollar el proyecto neoliberal el gobierno de Carlos Salinas necesitaba ganarse la confianza de la población perdida durante las elecciones de 1988 para lo cual comienza una campaña de actos que podrían definirse como espectaculares, como es el caso del encarcelamiento de varios dirigentes sindicales por su presunta conducta caciquil y que eran opositores a su proyecto, otra de estas acciones fue llevar a juicio a uno de los responsables del fraude las casas de valores en 1987, la captura de uno de los más importantes líderes del narcotráfico.

En otro punto importante tenemos las relaciones del gobierno con el alto clero mexicano aunque esto no había sucedido desde que México había conseguido su independencia las relaciones entre los funcionarios políticos y el clero mexicano se dieron en un contexto de inconstitucionalidad, pero con las reformas salinistas a la constitución este trato se volvió un poco más accesible, esto tuvo como objetivo tener al apoyo de la burguesía eclesiástica.

En cuestiones de la deuda externa los resultados del gobierno de Salinas fueron lamentables, a pesar de que se usó toda una campaña publicitaria para asegurar que la deuda externa había disminuido considerablemente durante este sexenio, dando cifras de una disminución del 35% cuando en realidad esta fue del 17.5%  pero a finales del sexenio la deuda vuelve a incrementarse de un 45% pasando de 95,114 millones de dólares a 142,100 millones de dólares.

Otro de los grandes fracasos que hay que cuestionarle al gobierno de Salinas de Gortari se encuentra en el gran número de privatización de empresas paraestatales. El gobierno argumento que la venta de todas estas empresas paraestatales correspondían a la expresión de la “reforma del estado”, disminuyendo su presencia  productiva a su mínima expresión y privatizando la economía al máximo, aunque este proceso comenzó en el sexenio anterior, en 1982 existían 1155 empresas paraestatales que para finales del gobierno de Miguel de la Madrid se habían reducido a 618, y a finales del gobierno salinista en 1994 llegaban a 216, el error de esto radica en que el gobierno salinista vendió grandes empresas que resultaban estrategias para la economía del país como la  venta de las dos más importantes líneas aéreas nacionales (Mexicana y Aeroméxico), una de las más grandes minas de cobre, la compañía de teléfonos nacional y la totalidad de los bancos comerciales, con la venta de todas estas empresas se pagaron deudas internas como extranjeras pero en realidad no se consiguió mucho de esto ya que a pesar de todo lo recaudado por estas millonarias ventas no se pudo evitar la crisis de 1994.

Uno de los aspectos internacionales más importantes durante  el periodo de Salinas de Gortari fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el gobierno argumento que debido a la globalización capitalista que estaba sufriendo el mundo y la necesidad de países a unirse a la economía mundial, que México obtendría grandes beneficios al exportar sus productos, que se obtendrían nuevas tecnologías y  que el derrumbe del bloque soviético no dejaba de otra, pero en realidad el proyecto de desarrollo de Salinas ponía en desventaja a la industria mexicana favoreciendo a la industria trasnacional y a la estadounidense, en general podemos decir que el TLCAN solo beneficio a Estados Unidos y puso en una gran desventaja a las pequeñas industrias mexicanas que al entrar en vigor este tratado se vieron irremediablemente afectas, al grado de que muchas no lograron adaptarse a este cambio.

A finales del sexenio comienzan a manifestarse graves indicios de lo que será una nueva crisis económica. Durante el periodo de gobierno de Salinas de Gortari las importaciones fueron superiores a las exportaciones y el déficits comercial ascendió drásticamente, la balanza de pagos sufre un déficits, la mitad de la población en México vive en pobreza de la cual el 18% vive en pobreza extrema, la concentración del capital por parte de un grupo reducido de personas, todo esto desemboca en una crisis financiera iniciada a las primeras semanas de que Zedillo tome el poder pero que se gestó durante el periodo de gobierno de Carlos Salinas  de Gortari.

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